jueves, 15 de diciembre de 2011

La Batcueva.

En próximas entradas hablaremos de superheroes del universo Marvel, y hace algún tiempo, salieron en este mismo blog calzoncillos de superheroes de DC. Pero hoy vamos a centrarnos en la Batcueva.

Y que es la Batcueva sino el trastero/garaje de la mansión de Bruce Wayne (Batman para los no frikis). Así que tomando como ejemplo al Multimillonario personaje de DC, opté por crear en mi trastero lo que sería mi Batcueva particular.

En su momento me planteé la opción de colocar en él la máquina de gimnasio de la que hablé un tiempo atrás, pero pensé que si ya la iba a usar poco arriba, si la ponía bajo iba a ser completamente inutil.

Desde que llevo viviendo aquí, al trastero habían ido entrando trastos que, de forma aleatoria, se habían ido "ordenando" allí.

Mi Saco de Boxeo que compré por "culpa" de mi afición al Manga/Anime de la Serie Hajime No Ippo. Mi Mountain Bike, mis dos tablas de Snowboard con sus respectivas botas, unos azulejos de repuesto por si se rompe alguno que conseguí . . . bueno, eso de los azulejos es otra historia que de momento no voy a contar aquí. Por donde íbamos, ah si, un par de colchones y una bicicleta estática que usaba mi abuelo y más cosas que me olvido. El caso es que estaba empezando a saturarse, y había que solucionar el tema.

Gracias al taladro con batería que conseguí por gentileza de BP, pude trazar el plan de actuación para tener todo mucho más ordenado. Las tablas de Snow iban a ser colgadas de unos soportes, La Bici, para que ocupase menos, iba a estar colgada también, al igual que el saco.

Todo estaba listo, una tarde, después de llegar de trabajar, cogí las herramientas y la escalera y me dispuse a cumplir la misión de arreglar la Batcueva. Sólo hubo un problema.

El escudo de Hormigón que protege el trastero no pudo ser perforado con la mierda de taladro wireless que no tiene percutor ( casi imprescindible para taladrar superficies duras ).

Después de mucho taladrar en el techo, opté por desistir con él, y probé con las pareces, que aparentemente eran más blanditas.

Aquí se pueden ver las tablas, las botas y los sacos.

Aquí dos agujeros para el saco, apenas tienen un dedo de profundidad.

Al final sólo conseguí poner los ganchos para las tablas. Pero esto no acabará aquí.

Continuará. . .

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