martes, 17 de julio de 2012

Expectativas Vs Realidad.

Dentro de poco se cumplirán dos años desde que me fui a vivir solo, y claro, al principio todo eran explosiones, comida quemada y un largo etcétera de situaciones más o menos comprometidas que han o no salido en el blog. Recientemente visteis como, con la ayuda del Cocina Conmigo de la DS hacía unas masas informes ( que no tienen forma, o por lo menos con una forma poco atractiva. ). Lo que no visteis, fue un intento de hacer sushi un mediodía de Julio en el que tenía relativa prisa. 

Como muchos sabréis, el sushi se hace con las manos, y al tener las manos llenas de arroz era imposible realizar fotografías con el móvil con la higiene requerida por alguien escrupuloso como yo, y a su vez mantener una cierta integridad del teléfono ante posibles caídas. Así que de esa aventura del Sushi no hay fotos, lo siento yo más que vosotros, ya que habría sido una entrada épica y digna de un premio al blogger del año.

Pero os pondré en situación de lo que pasó en lo del sushi, y como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, muchos de los hechos que me pasaron haciendo el sushi, me pasó también un par de semanas después.

Para poneos en antecedentes os diré que durante los meses de Julio y Agosto hago jornada intensiva en la oficina, con lo cual, también me toca comer en casa, pero claro, mi reducido recetario y mis ganas de innovar me llevan a cometer ciertos errores.

El principal, es que cuando llego a casa a las dos del mediodía, tengo un hambre que nubla mi razón, y todo ello lleva a la precipitación. Por ejemplo, cuando haces sushi, tienes que hervir el arroz  y una vez hervido, hay que enfriarlo rápidamente abanicándolo, claro, tu cuando a eso de las 12 del mediodía en la oficina con principios de desnutrición, decides que para comer vas a hacer sushi, no te planteas que vayas a necesitar un abanico para enfriar el arroz, vamos, en que cabeza cabe. Luego pasa lo que pasa, que a las 14.30, después de hervir el arroz, cuando el cocinero de la DS te dice que tienes que usar un abanico y tu tienes las manos llenas de arroz, empiezas a decir improperios hasta en latín.

Bueno, el Sushi que hice estaba comestible, ahora centrémonos en el error versión 2.0. 

Hará unas semanas, después de un cumpleaños piscinero nos vino a varios la brillante idea de hacer crepes para cenar. El caso es que en casa de Yoshi  había un elemento que no puede faltar en la cocina de todo buen gordaco. Una Crepera. 


Así que a la semana siguiente, entré en una conocida web llamada Curiosite y adquirí mi propia crepera al comprobar que el precio en otros centros comerciales era más elevado.

Como he comentado antes, unos 15 días después del espectáculo del sushi, recibí mi nueva y flamante crepera. La mayoría recordaréis que no es la primera vez que intento hacer crepes en casa, en septiembre se cumple el segundo aniversario de la fiesta de inauguración, donde más que crepes salieron . . . bueno, salió lo que salió, aquí tenéis la entrada y las fotos. Como veis, eran los hermanos pequeños de las puaghcakes.Así, que cuando llegó el repartidor a la oficina y me dejó el paquete yo pensé, "Hoy, para comer, Crepes".

Los ingredientes básicos los sabía, harina, leche, huevos, azúcar, sal y luego ya el relleno, y por increíble que parezca, en casa tenía todos esos ingredientes, así que ni me preocupé en buscar la receta hasta que no llegué a casa y puse el "cocina conmigo".

Por una vez parecía que todo iba a salir bien, hasta que, una vez encendida la consola, el cocinero virtual dijo que había que dejar reposar la "masa" medio día. Mire usted señor cocinero, mi plan es comer crepes, no cenarlos, así, que como la paciencia y yo no nos llevamos muy bien, opté por saltarme ese paso, ya que seguro que era un mero tramite burocrático francés para darle a su receta de crepes una importancia de la que realmente carece.

Lo primero y principal es tamizar la harina.

Este paso de tamizar la harina  básicamente es pasarla por un colador para evitar que caiga algún cuerpo extraño en los crepes,

Una vez tamizada, hacemos un volcán.

Según la receta, hay que hacer algo similar a un volcán y poner en lo alto del crater un huevo, algo de sal y azúcar para posteriormente menearlo hasta conseguir una masa uniforme. Masa uniforme que en ningún caso conseguí alcanzar como veremos posteriormente. Una vez conseguida ( o al menos intentado ) la masa uniforme, se añade la leche y se sigue meneando.

Vertemos una cierta cantidad en la superficie. 

Hagamos un Flashback o mejor aun, viajemos a un universo paralelo en el que si que hago la receta como corresponde. En algún momento indeterminado de la receta que no consigo recordar debido a mi crónica falta de atención por las cosas que no me interesan, hay que hacer algo con mantequilla. Creo que había que ponerla a calentar hasta que se derritiese para posteriormente añadirla a la masa y dejarla reposar 12 horas, pero como estoy hablando de cabeza, y tengo mejor amueblada la casa que la cabeza, no recuerdo bien cuando, ni como.

Como veis, los grumitos dan cierto toque chupoptero al crepe.

Bueno, una vez vertida la cantidad optima para un crepe, hay que extenderla con una especie de palito en forma de T, y como se puede ver tanto en la foto de arriba, como en la de abajo, no mezclé muy bien la harina. :)

Aquí vemos los grumos en detalle.

Lo importante es que una vez pongamos la Nutella encima del crepe, los grumos quedan disimulados y sólo son capaces de darse cuenta de su existencia los más selectos gourmets.

Una buena dosis de Nutella ayuda a disimular todos los males.

Sinceramente aconsejo a todo aquel que le gusten los crepes, que se haga con una crepera, facilita muchisimo la buena presentación y un mayor disfrute final.

lunes, 2 de julio de 2012

It's a Trap

Llevaba ya mucho tiempo sin poner entradas excesivamente frikis, con eso que a mis lectores les gusta tanto ver mis fallos en la cocina, ya sean las Puaghcakes, o la Pizza on the floor, casi había olvidado los orígenes de todo esto, que no son otros que el frikismo.

Cada día nos llegan a la redacción cientos y cientos de cartas comentando las cosas que les parecen bien o mal del blog. Recientemente, un lector/a del blog, que quiere permanecer en el anonimato, nos mandó una foto de su Bizcoflan, una extraña mezcla de bizcocho y flan que por lo que podréis apreciar, es digno de aparecer en el blog, y por su aspecto, también podría ser la obra de algún científico loco que en su laboratorio intenta crear vida con escaso éxito. 

Bien podría ser la masa para crear un Golem de Flan.
Bueno, a lo que vamos. Los angloparlantes y/o personas con cierta cultura cinéfila sabrán  a que hace referencia la frase que da nombre a la entrada de hoy. Para los que no, lo desvelaremos al final. 

Todas las mañanas, la gata empieza a maullar sin motivo aparente a eso de las seis y media de la mañana, pero sus ganas de putear no acaban ahí, es más que habitual el que se intente subir a la mesa de la cocina durante el desayuno para que, al mínimo descuido por mi parte, se ponga a beber agua de mi vaso. Como os podréis imaginar, la tensión en los desayunos está presente día si día también.

Una vez superado el problema del desayuno, cuando estoy a punto de irme a trabajar, a la gata le da por esconderse normalmente bajo de la cama, donde no puedo cogerla. 

Las primeras veces, con el típico cordoncito conseguía hacerla salir enseguida, pero acabó aprendiendo que cuando usaba el cordón, iba a sacarla de mi cuarto, así que dejó de sentirse atraída por él.

Mi segunda opción fue intentar que jugase con una pelotita, pero pasó lo mismo, cuando estaba bajo de la cama y es la hora de que yo me vaya a trabajar la gata pasa de las pelotitas y de historias.

Mai enseguida se dio cuenta que todo aquello era una trampa.

La pelota fue útil un par de veces hasta que Mai aprendió  que
pelitota era igual a expulsión del cuarto.
Aparte de las mencionadas arriba, he usado otras trampas, ponerle comida, abrirle el grifo para que fuese a beber, incluso ponerme de rodillas y suplicarle que saliese, pero todas ellas resultaron inútiles. 

Han habido dos trucos que han resultado ser muy útiles, el problema es que para uno de ellos necesitaba demasiado tiempo, tiempo del que no dispongo por las mañanas. Esta técnica era la de utilizar la psicología inversa. Después de los infructuosos intentos de sacar a la gata de bajo de la cama con cuerdas, pelotas y suplicas, lo que hacía era irme tranquilamente al comedor a ver la tele. La gata, al ver que pasaba de ella, en  unos 5 minutos salía del cuarto y venía al comedor, pero como he dicho, ese truco requería tiempo.

Foto tomada durante una mañana de esas en las que llegas tarde
 e intentas engañar a la gata para que salga del cuarto.
Finalmente encontré un método rápido y eficaz para hacer que la gata saliese de debajo de la cama. Lo que me temo es que la gata está tramando una venganza que será cruel y despiadada. 

Pues bien, ese método infalible es echar aire con el secador de pelo bajo la cama. No hace falta ni que sea aire caliente, la gata, al oír el ruido del secador sale de la cama tranquilamente.