viernes, 9 de mayo de 2014

El Rey del Diseño 3D.

Bueno, igual el Rey me viene un poco grande, quizá ni el Príncipe del Diseño 3D, puede que ni el Conde, de hecho algunos se atreverán, después de leer esta entrada, a calificarme como el Bufón del Diseño 3D.

Estoy haciendo mis primeros pinitos en el diseño 3D, y la mayoría de tutoriales que hay en youtube son de objetos en plan taza. Y a hacer mi propia taza me dispuse. Me bajé un programa gratuito llamado Blender y busqué un tutorial es castellano que me guiase.

Después de un ratito para aclimatarme a los controles conseguí hacer esto:


Una taza fea de cojones, con el asa torcida y que bien podría ser llamada "La jorobada de Notre Dame" de las tazas, pero lo importante es que de la nada, estaba empezando a ser capaz de conseguir crear cosas, cosas "útiles". . . 

Exporté el archivo al formato en cuestión y lo mandé a imprimir por la impresora. . . 


Bien, esto que habéis visto es lo que salió. La taza que podría usar un personaje de LEGO, y la verdad es que tampoco estaba muy bien impresa. 

Claro, al crear la taza con el Blender no me había parado a mirar tamaños, simplemente lo creé y ya está, pero al salir así de pequeña la taza analicé lo que había hecho en el programa y descubrí que la imagen de la taza cuando la diseñas tiene un gran parecido a lo que viene siendo la típica vista de virus y bacterias a través de un microscopio. 

Microbio Random

Después de cenar, volví a coger el archivo, lo escalé a un 3000%  y me puse a imprimir. Los 30 primeros segundos de impresión fueron traumáticos, la impresora marcaba que hacer la taza iba a costar 19 horas. DIOS!!! 19 interminables horas. Ya estaba preparando mi coartada para el día siguiente no ir a trabajar cuando el contador actualizó el tiempo pasando a ser de "únicamente" 3 horas y media, algo ya más asequible, donde va a parar. 

Como bien reza Melisandre, la noche es oscura y alberga horrores, así que mientras jugaba al ordenador estuve en todo momento mirando de reojo como se iba imprimiendo la taza. 


Sobre las dos y pico de la mañana la impresora finalizó, y pude ir a dormir, la pieza aun estaba caliente, así que no podía despegarla del espejo hasta que no se enfriase este, y la verdad, sólo tenía ganas de dormir.

La mañana siguiente, la pieza se despegó como por arte de magia del espejo y pude sacar estas fotos, como podéis apreciar, al lado está la minúscula taza de LEGO que había creado antes de hacer a su hermana mayor, ahora venía la prueba de fuego.


Bueno, más que la prueba de fuego la prueba del agua. . . y con este festival del humor creo que he batido el record nuevamente. Bueno, llené la taza de agua y este fue el resultado.


Todo parecía ir bien hasta que empezó a filtrarse el agua. Era algo que sabía que iba a pasar, hay seguro un montón de tratamientos para hacerle a la pieza una vez impresa para que pueda retener líquidos, pero aprecio mi salud y esta taza era un mero ejercicio de creación, no algo que fuese nunca a utilizar.

Abandonad el barco,  el Titanic hace aguas.
Por suerte, tengo en casa tres bonitas tazas que pueden contener en su interior cualquier tipo de liquido y sobretodo, que no lo pierden por el camino.

Elegantes tazas de Matrix, Star Wars y Jake el perro.