jueves, 19 de febrero de 2015

No hagáis siempre caso a la conciencia. . .

Esta historia que os voy a contar comienza hace aproximadamente 20 años. . . y realmente no tiene nada que ver con la vida viviendo sólo, pero es una historia trascendental que espero que os sirva en esta dura aventura que es la vida.

Primero os explicaré lo que  ocurrió más o menos 20 años atrás. Era el primer viaje de mi hermana a Italia. Lo típico cuando paseábamos por el caruggio de Loano, que básicamente es una calle muy estrecha llena de tiendas de todo tipo, era ver primero todas las tiendas de una acera, y a la vuelta ver las de la otra. 

El caso es que cuando estábamos viendo las tiendas de la primera acera, vio una Barbie que no se había visto en España por aquel entonces, era una Barbie blandita, para dormir con ella, fue un amor a primera vista, la quería. El vendedor dijo que era la última y que claro, igual la vendían. Mi padre, en su labor de padre, intentó el truco que todo padre usa en alguna ocasión de decir: "A la vuelta cuando volvamos la compramos, a ver si ves otra cosita que te guste más." Mi hermana, lejos de desistir, se puso a llorar y empezó a decir entre pucheros "Papá, se la van a llevar, es la última, cuando volvamos ya no estará". Al final mi hermana se salió con la suya y se la compraron. 


Durante todos estos años, la historia de "la morbida", que fue como se bautizó a esa Barbie no se bien si por mi padre o por el señor de la tienda, ha sido recurrente. Siempre que se ha hablado del tema nos echábamos unas risas diciendo que era complicado que justo la vendiesen y que también debía ser un poco mentira que fuera la única de la tienda, todos conocemos los trucos de los vendedores con tal de vender. . . 

Ahora nos trasladamos a la época actual, más concretamente a la Andorra de la época actual, más concretamente a Pas de la Casa de la época actual. Aquí normalmente cuando acabas de estar en las pistas de esquí, lo más interesante que tienes para hacer es ducharte e ir a ver tiendas. Cuando paseaba tranquilamente de una tienda a otra entré en una y vi algo que pensé que jamás vería. . .   

Dos New Nintendo 3DS XL Zelda Majora's Mask ed. por 214 € cada una.

Es una consola que yo en principio no tenía pensado comprarme, no despertaba en mi el más mínimo interés, si, es una consola guay, con motivos guays, con un juego guay, pero no me apetecía gastarme 200 € en una consola que iba a usar poco, Pero fue verla y me enamoré, y había dos, que podía salir mal si iba corriendo al hotel para conectarme al wifi ( ya que si te conectas por 3G en Andorra ve preparando la cartera. ). Sabía que en España se habían agotado en las tiendas y que la especulación había disparado el precio en el mercado negro, bueno, no es mercado negro, es mercado de segunda mano, pero queda más guay decir en el mercado negro.   

El caso es que miré los precios en Segunda mano y se me pusieron los ojos un poco así $__$ bueno, así €__€, Si me compraba las dos podía vender una y la "mía" me saldría con una rebaja considerable.

Como este tipo de compras compulsivas no siempre salen bien, pensé que sería buena idea consultarlo un poco con la almohada, y PAM, CAGADA. Cuando el martes fui con la pasta para comprar las dos, no estaban. Las habían vendido, le pregunté al chico de la tienda, ¿Pero tendréis más en el almacén guardadas o algo, no? El de la tienda me dijo, no no, lo que hay ahí. 

El caso es que he ido a esa misma tienda con la esperanza de que las hubieran repuesto tanto ayer como hoy, y al no verlas hoy tampoco le he preguntado al jefe directamente si tenían más, no a un empleado, al jefe jefe supremo.

El Jefe era un francés muy gracioso que cuando le he preguntado por la consola me ha dicho, "Oui, esas cosas dugan menos que 4 cubitos de hielouuu en un día de veranouuuu".

La moraleja de esta historia es que cuando veáis la ocasión no la dejéis escapar. Mi hermana que siempre ha sido más espabilada que yo, aprendió eso con 5 años. Yo lo he aprendido a los 25. . . 

Bueno a los treinta y algo.