jueves, 20 de enero de 2011

Neverending Story.

Los más jóvenes del lugar no sabréis a que me refiero con este título, pero si lo traducimos al castellano, la cosa cambia un poco.

Bueno, aquí el primer bombazo sobre la historia interminable es que he de admitir que nunca he visto la película. Muchos se rasgarán las vestiduras, pero bueno, no es una película que me llamase la atención en su momento, y la verdad es que tampoco me la llama ahora. Además, con ese nombre tiene pinta de hacerse muy larga, Los Jefes de Marketing no acertaron, pero bueno, vayamos a lo importante. La semana pasada comenté el poco éxito que tuvo mi llamamiento para jugar al trivial, sin embargo, pocos días después le mandé un sms a Xoxema para ver si quería venir a continuar la partida que tenemos entre manos de un conocido videojuego de la consola de Microsoft. El caso es que llevamos jugando muchisimos días a ese conocido videojuego, y cuando quedamos normalmente no jugamos dos horitas o tres, la penúltima vez empezamos antes de cenar, y 5 horas después seguíamos dale que te pego a los Locust.

Aquí el amigo y yo, tipos duros donde los haya, nos metemos eventualmente en los papeles de Marcus Fenix (el del pañuelito a lo Hulk Hogan) y en Dom Santiago (el otro) jugando en nivel de dificultad elevado, y este puto juego no se acaba nunca. Lo bueno de este juego es que tienes la campaña del juego de forma cooperativa, lo cual fomenta el compañerismo y el buen rollo entre colegas, aunque por culpa de los ataques de heroísmo innecesario de Xoxema muramos muchisimas más veces de las necesarias.


No se que habrán comido estos tíos cuando eran pequeños, pero si a nosotros nos daban dos, a ellos les deberían dar catorce. O eso, o las pastillacas de las que hablaba Hulk Hogan dos entradas más atrás.

2 comentarios:

Sr. XX dijo...

Hay que reventar a esos hijos de puta!!

Dame cita

Unknown dijo...

Pues para la semana que viene tendrá que ser. Esta complicado.