Pero claro, no todo podía ser bueno, Aunque el Rojo Ferrari siempre lo he llevado dentro, nunca he tenido cerca de casa una estación Shell para repostar, por suerte o por desgracia, siempre, el asfalto de mi camino me ha dejado cerca de casa una BP. En casa de mis padres era lo que más cerca tenía, y ahora en Valencia capital tengo una a escasos metros de casa, con lo cual, la tarjeta de puntos la tengo desde sus inicios. Cuando gastaba al año más de 2000€ los puntos BP subían como la espuma, tanto que en estos años he conseguido interesantes productos.
Aparte de cultivar mi intelecto con las Quo todos los meses, hace cosa de un mes fundí muchos de mis puntos en esto:
Pero lo bueno llega a su fin, con los pocos puntos que saco ahora al mes, apenas me llegará para las Quo. Aunque bueno . . .
Como dice Homer, el dinero puede intercambiarse por bienes y servicios, así que con el dinero que me ahorro puedo comprarme muchas maquinas para hacer agujeros.
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