Hace cosa de unas semanas, estuvimos hablando en este mismo blog de los famosos cupones descuento. Normalmente yo no creo en estas cosas, cuando recibes un e-mail de, "ha ganado X para canjear en Vodafone . . ." En la mayoría de casos te ofrecen algo, pero a cambio tienes que firmar una permanencia, o algo similar, con lo que, lo barato, acaba saliendo caro.
Pero estas navidades, si eras socio de SPF.com tenías derecho a un bono descuento de 30 € si hacías una compra superior a 70 €, total, como llegaban los Reyes Magos, y mi intención era autollenarme el árbol de navidad de regalos, entré en la web e hice un pedido.
Como en el caso de las tallas, soy el "Señor L", no tuve problemas con las tallas, unos sueters talla L, unas camisetas talla L (Realmente fueron talla M, pero si lo digo ya no seré el señor L) y en 48 horas llegó el paquete.
Todo perfecto, accuraccy 100%. La talla correcta, la ropa me gustaba, que más se podría pedir...
Mi sorpresa fue cuando mes y medio después, me llegó un correo de SPF.com diciendo que por haber utilizado el cupón promocional de 30 €, había sido premiado con un cupón de 100€.
Si, 100€ y sin peros, podría gastarlos en lo que quisiese de la web, así que me compré unas cuantas cosas, entre ellas, los famosos calzoncillos de entradas anteriores.
Y esta es la historia de como conocí a mis últimos calzoncillos. Ves Ted, no es tan difícil, dinos ya como conociste a la madre de tus hijos.
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