Todas las mañanas yo me veo en una situación parecida a la que sufre Jon Nieve como miembro de la Guardia de la Noche, os lo explicaré.
Aunque durante todo el día la gata tiene agua en abundancia lista para beber lo que más le gusta es el agua fría, y cuando digo fría es fría de la nevera. El caso es que por las mañanas, los días que hace calor, aparte de los cereales suelo ponerme uno o dos vasos de agua, y claro, a la gata le encanta la idea de beber del vasito de agua de su amo y señor.
Aunque la echo de la mesa cada dos por tres, ella se sigue subiendo y molestando, de hecho a veces intenta distraer mi atención hacia los cereales para que deje desprotegido el vaso de agua.
La mejor solución que he encontrado ha sido esta, crear un muro con los cereales, la botella de agua y la leche para impedirle el paso.
El problema es que este muro, aunque parezca que puede disuadir a la gata, tiene demasiados puntos debiles, y si te entretienes en ponerte a hacerle fotos a la gata para hacer luego una entrada para el blog y dejas el vaso demasiado cerca de uno de los huecos. . .
Te acaba pasando esto:
Como dijo el Dr. Ian Malcolm en Parque Jurasico, la vida siempre se abre camino.